miércoles, 5 de noviembre de 2008

SOLENTE


Cuando eres muda, nadie te dice nada, es un accidente de la naturaleza, un accidente tuyo.
Pero cuando te quedas muda… si cierto, algunos te llegan a preguntar que paso con tu cajita musical, luego solo pasas a formar parte de ese mundo tan lógico, tan lejano porque nadie quiere pertenecer a el. Prefieren pasar a lado con su sonrisita estúpida y sus cuerdas vocales intactas, igual no les vas a contestar verdad?.
Porque se queda mudo alguien?. Mudo, muda, importa?, igual no van a protestar…
No se queda mudo alguien por ya no tener que decir, sino porque ya no hay nadie a quien decírselo.
De repente, te ves ahí , donde los muros son muros, los zapatos, las sillas y el blanco son zapatos, sillas y blancos sin tendencia a la tonalidad hueso.
Pareciera que el mundo instigará en vaciar las palabras, todo con una vocación suicida a la definición…-vendible- cashin…cashin… y ellos con su bolsa llena de letras y silabas flashback…no te remiten a nada más bien ha no querer decir nada.

Decir…decir…decir… ven no es más que un verbo, una acción de mover tu micro universo a lo audible…Corres un riesgo, que sea escuchado en sus miradas y se desgaste tanto que sea otro mudo el que termine odiando a lo que un mudo dijo.
Quizás ya todos seamos mudos, ciegos, inmóviles, quizás esa bolsa de palabras que se protestan, se diluyen, canjean es correr muy rápido al precipicio y tener la suerte de no ver el gran agujero.
Pero para un mudo…si se grita es porque hay un mundo detrás.



“Te has quedado embrutecida con el sountrack en tu cabeza, sin un héroe, sin una palabara”